Parte uno
Literatura y música – Valldemossa
Llegamos a Mallorca con Elżbieta en la primavera de 2015. Todavía no hace calor. A nuestro alrededor, vegetación flores, el azul del cielo y la suavidad del agua de mar. Nos desplazamos a los rincones más lejanos de la isla en un coche alquilado . Tengo problemas para usar el cambio de marchas. Llevo conduciendo un Citroen 5 durante muchos años y el cambio de marchas automático lo hace por mí. Después de una hora, me empiezo a acostumbrar; también a la opción inesperada de silenciar el funcionamiento del motor. El motor del Fiat que parado en el semáforo está silenciado pero yo… intento reiniciarlo. Somos cuatro en el auto, están también Grażyna y Grzegorz. Visitamos unas cuevas en las que se realizan conciertos y muchos otros rincones encantadores. Aunque escribiré sobre ello más tarde en un reportaje.
A Valldemossa, a 17 km de Palma, vamos en autobús desde la parada del centro. Veo ventanas sucias y polvorientas y lamento haber devuelto el auto el día anterior a la empresa de alquiler. Sin embargo, lo más importante es el destino: una reunión con dos figuras que estuvieron cerca la launa de la otra: Fryderyk Chopin y George Sand. Y con dos campos del arte: la música y la literatura. Para mí, los sonidos y las palabras no son, a pesar de las apariencias, distantes entre sí. Son dos expresiones artísticas que se completan y se compenetran maravillosamente entre sí. .
Cipriano Kamil Norwid en el “Piano de Chopin” describía la música de Chopin como música que portaba ecos del arte de la antigüedad , caracterizados por la perfección y la simplicidad con la que tocaba Orfeo. Es imposible vivir sin música ni literatura. Son una parte intrínseca de nuestra existencia, forman nuestra sensibilidad y nos acercan. Son fuente de alegría y emociones. Son un libreto para una pieza musical y los sonidos instrumentales para la poesía. Son los motivos musicales de un poema.
Hoy no vamos “verdes” a Valldemossa, una ciudad con dos mil habitantes. Habiendo ya absorbido la información básica, lo que queremos es conocer el ambiente de este lugar. En 1836, Fryderyk Chopin conoció a la escritora francesa George Sand (Aurore Dupin, baronesa Dudevant). Dos años después, se convirtieron en amantes. Él tenía entonces 28 años y ella 34. Ciertamente, el amor por la literatura y la música favoreció sus sentimientos. Los dos impresionaron al otro- pertenecían al mundo de los grandes artistas y lo sabían. El invierno de 1838, decidieron pasarlo en Mallorca. La intención era que el clima mediterráneo mejorara la pobre salud de Fryderyk y del hijo de escritora – Maurycy. Sand se llevó a dos de sus hijos a Mallorca, a su hijo y a su hija.
Fot. de Grzegorz Klukowski
Busto de Fryderyk Chopin, esculpido por Zofia Wolska – Valldemossa, presentado en 1998
Debido a una serie de de desafortunados acontecimientos y circunstancias Chopin y Sand no pudieron disfrutar del todo del encanto de Valldemossa. La estancia de ambos de apenas 98 días (que empezó el 8 de noviembre de 1838) ha dado fama a la ciudad. Hoy en día un millón de visitantes acuden a ella cada año.
Fryderyk aceptó con entusiasmo su viaje a la capital de Mallorca – Palma. Todavía en Palma escribió a un amigo con admiración -,cito fragmentos de la carta: » ..el cielo turquesa, el mar azul, las montañas esmeraldas, el aire celestial. Durante el día hace sol, todos van vestidos de verano, hace calor, se oyen guitarras por la noche y a la gente cantar durante horas .. En una palabra, una vida maravillosa .. Probablemente viviré en un monasterio precioso , en el enclave más bello del mundo: con mar, montañas, palmeras, un cementerio, una iglesia teutónica… Cada vez estoy más cerca de lo más bonito».
El tiempo frío y lluvioso de las Islas Baleares – él cogió un resfriado , se perdió el piano que había encargado en París, ya que se había quedado en el servicio de aduanas de Palma ( no llegó a Valldemossa hasta tres semanas antes de la partida del escritor), se tuvo que mudar dos veces(en la capital de la isla no había ningún hotel) primero a una villa en la que no había calefacción y que tenía mucha humedad en Establiments, y después a una celda del monasterio de la Real Cartuja de Jesús de Nazaret en Valldemossa, fueron solo algunas de las adversidades a las que Fryderyk y George se tuvieron que enfrentar. El monasterio, que había cerrado tres años antes, era ya propiedad privada de varias familias, que todavía mantienen una disputa acerca de en qué celdas se alojaron .
Con lo que sabemos por los libros y la información de la guía, estamos convencidos de que, fue un buen momento en la obra de ambos artistas. Él terminó el ciclo de sus 24 preludios, incluyendo el famoso “Preludio Lluvioso” en re mayor , la polonesa en la mayor , y la balada en fa mayor – inspirada en el poema “Świtezianka” de Adam Mickiewicz. Sand escribió «Spirydion». Ella, posteriormente describió su estancia en el libro «Invierno en Mallorca».
Observamos Valldemossa con admiración, sus vistas montañosas son fascinantes, los edificios y las calles han sobrevivido casi sin cambios durante siglos. A continuación describo su ubicación, historia y actualidad.
Fot. de Grzegorz Klukowski Vista del monasterio de Valldemossa
Se encuentra entre las montañas de la Sierra de Tramuntana. Esta ciudad llena de encanto se adentra hacia el norte por un valle estrecho y empinado. Debido a la amenaza de ataques piratas, se construyó a una distancia de 7 km de la bahía y del puerto de Puerto de Valldemossa. Llegamos a la ciudad en aproximadamente media hora desde Palma, también es fácil visitarla junto con las localidades de Sóller e Inca. Valldemossa se ha conservado en un excelente estado, tiene encanto y un ambiente característico desde hace cientos de años. Fue mandada construir por orden del Rey Sancho que, como sufría de asma, , quería tener un palacio en las montañas. En 1399, se entregó el edificio a monjes de Tarragona, que lo convirtieron en un monasterio. No es un edificio demasiado grande.
Fot. de Grzegorz Klukowski
Lo que más nos impresiona de la farmacia son una colección de platos y utensilios viejos, también las celdas, los libros de George Sand, el viejo piano de Mallorca en el que compuso Chopin, algunas exponentes religiosos, las celdas y los ataúdes restaurados donde dormían los monjes. Cada celda monástica tiene acceso a una terraza con vistas a todo el valle. Elżbieta, fascinada por la originalidad del lugar, se deja la cámara de fotos en el mostrador de la taquilla. Después de buscarla durante unos largos minutos, vuelve al lugar donde se la había dejado y , suspira con alivio cuando la mujer de , detrás del mostrador le devuelve el objeto extraviado con una sonrisa. Un paseo de muchas horas por las calles empinadas y tranquilas de Valldemossa nos llena de calma. Y al mismo tiempo nos llena de emociones . Rara vez se ven pasar coches. Sobre los alféizares de las ventanas, por encima las mesas y por las plazas merodean gatos perezosos. Al veces, podemos escuchar las conversaciones de un grupo de turistas que se aleja . En casi todas las calles nos esperan pequeñas cafeterías, con un olor a buen café al que no me puedo resistir.
Fot. de Grzegorz Klukowski
En las casas antiguas y cuidadas encontramos distintas atracciones, incluida una heladería. También hay cervecerías y bodegas. Leemos el menú en español. Aprender el idioma es útil. A los dos nos encanta el idioma. Vale la pena aprender español: este idioma, es la lengua materna de más de 600 millones de personas. Y pienso que los otros 100 millones lo ha aprendido por la necesidad de conocer más acerca del mundo y sus diferentes culturas, además de para lograr objetivos profesionales. Como lector del blog seguramente te habrás dado cuenta de que es el segundo idioma de este sitio. En la península Ibérica los nativos a veces hablan muy rápido. Esto hace que a los turistas les cueste entender el idioma. Este problema no existe en América del Sur y Central, nadie tiene prisa allí. Es una lástima que estemos en Valldemosa a mitad de la semana, porque el día de mercado es el domingo. El producto culinario local es la coca de patata, un tipo de bollo de patata. Por supuesto, cada día que se pasa aquí da una gran alegría. Es un lugar nostálgico, uno de los símbolos del patriotismo de los polacos durante las particiones. Y en esta antigua calle se puede un buen rato en la cafetería Cappuccino.
Fot. de Grzegorz Klukowski
Fot. de Grzegorz Klukowski La maravillosa bodega Sa Cova
Panadería y pastelería Can Molinas
Fot. de Grzegorz Klukowski
Las paredes de las casas están decoradas con magníficas azulejos de cerámica decorados.
Fot. de Grzegorz Klukowski
Fot. de Grzegorz Klukowski La belleza se encuentra en los detalles
Fot. de Grzegorz Klukowski En Valldemossa hay flores por todas partes.
Fot. Grzegorz Klukowski.
Vemos quién vive bien aquí.. En el pueblo viven principalmente personas mayores junto con sus animales favoritos.
Fot. de Grzegorz Klukowski
Termino mi viaje con un toque literario: esta es una fotografía de una colección de libros y recuerdos del monasterio. Estimado usuario, si el destino te lleva a Mallorca, o si eliges conscientemente este lugar como lugar de destino , no te arrepentirás de la decisión. ¡Buena suerte!