Primera parte
La vista de las palmeras desde el rascacielos más alto de Sacramento, tenía en Mitch un efecto relajante. Las últimas vacaciones con Cindy en el Caribe habían ido bien. No solo para trabajar vive el hombre – pensó- qué rabia que precisamente hoy sábado tenga que entregar el artículo. Se terminó de fumar el cigarrillo fuera del edificio y entró en el gigantesco lobby, cubierto de cristal hasta una altura de varios pisos. Como era habitual al final del día, el hombre de siempre pulía el suelo de mármol, esquivando la copia acordonada de la diligencia de Wells, Fargo & Company – U.S.Mail.