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Viajes – Lugares Mágicos

Primera parte

El tercer día de nuestra estancia en Andalucía, salimos los cuatro por la mañana desde Nerja para hacer un tour por el sur de España. El coche que hemos alquilado en el aeropuerto de Málaga no tiene ninguna pega. Primero, visitamos Gibraltar, en la que nos sorprende cómo está organizado el tráfico. La pista de salida y de aterrizaje en la península está cerrada con una barrera y discurre perpendicular a la pista de aterrizaje. Las vistas son preciosas. Subimos a la montaña en coche con toda la cara. Al final se acaba la carretera de la Montaña de Gibraltar, claramente señalado con una placa de metal y una manada de monos merodeando a su alrededor.

La península en sí es excepcional, aunque esta localidad es incluso más especial. No importa cuántas veces esté aquí, siempre siento algo difícil de expresar. Una estrecha lengua de tierra se adentra en el mar como si fuera un golfo. ¿Se puede acaso considerar a esta pequeña franja una barrera terrestre sólida? Por supuesto que no. Si cualquier tormenta fuerte entrara en la península, el golfo dejaría de existir. ¿Así que, qué es? ¿Una realidad o una ilusión?

Para cualquier amante del mar, estar aquí es toda una fiesta. Para un burgués, es ennoblecerse y pasar a la categoría de un pescador, de un corsario, de un pirata, o al menos, de un grumete que siente aquí la infinidad del agua que lo rodea. Es volver a uno mismo, a las viejas vivencias y anhelos. Es ver el mundo con los ojos de un niño, con los vivos colores de la juventud y ver los lugares conocidos como si fuera la primera vez. Es redescubrirlo todo y embelesarse con el encanto de algo irrepetible, así como con la belleza de lo que ha nacido hace poco tiempo.